
El legado tenebroso. La herencia de Julio Muñoz Ramonet
El legado que Julio Muñoz Ramonet hizo a la ciudad de Barcelona sigue siendo, pasados veinticinco años de su muerte, objeto de litigio entre los diversos herederos que se dividieron su patrimonio artístico y el Ayuntamiento de Barcelona, propietario legal del mismo, según constaba en su testamento firmado en Suiza y que han ratificado las diversas sentencias resultantes de la multitud de pleitos interpuestos hasta la fecha entre las partes.
Es justamente en virtud de la sentencia dictada por el Tribunal Supremo el año 2012 que Jesús Castelo, nieto del conocido industrial, procederá al depósito cautelar de dos obras que estaban en su poder, hasta no resolverse la nueva demanda interpuesta, alegando que dichos cuadros no eran propiedad de su abuelo sino de la familia de su padre.
Los cuadros en cuestión que volverán a Barcelona son una Anunciación de el Greco y La aparición de la Virgen del Pilar de Goya, valorados en su conjunto en unos 7,3 millones de euros y consideradas dos de las obras más significativas del importante legado, compuesto por más de mil piezas.
El misterio continúa para determinar el paradero del resto de las obras legadas, de las que debe hacerse cargo una Fundación creada bajo su nombre, dado que según refirieron las hijas del magnate muchas habían sido vendidas después de su muerte y su paradero actual es desconocido.
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